No suelo escribir reseñas, pero esta vez tenía que hacerlo. En 5 años he ido a cuatro fisioterapeutas distintos tanto en España como en Estados Unidos (vivo allí) por una lesión en la pierna que me cambió totalmente la vida. Además de que la pierna me dolía cada minuto del día, cual Dr. House, perdí todo el tono muscular y el consiguiente desgaste físico de ir por la vida casi sin apoyar la pierna izquierda.
El último fisio al que acudí en Santa Bárbara, California, y uno de los más prestigiosos de allí, fue con el que más alivio experimenté, pero después de 6 meses de fisioterapia semanal, me quedé estancada en lo mismo: si iba al fisio, me aliviaba el dolor, pero a las dos semanas de no ir, volvían los dolores incluso haciendo las rutinas de estiramientos y ejercicios que me pautaron. Obviamente, no podía permitirme vivir a base de volver a fisioterapia cada semana de mi vida para tener un mínimo de calidad de vida.
El verano pasado, por temas de Covid, regresé a casa y lo primero
Fuente: Google
La diferencia entre lo ordinario y lo extraordinario reside sencillamente en que el profesional transmita su conocimiento y su experiencia desde la pasión y el entusiasmo por lo que hace. Esto no es tangible pero marca la diferencia. Por eso, el centro de fisioterapia y entrenamiento personal de Jorge es extraordinario. Si te encuentras en Mérida y buscas un centro único, sin duda, Mooove fisioterapia es tu lugar.
No suelo escribir reseñas, pero esta vez tenía que hacerlo. En 5 años he ido a cuatro fisioterapeutas distintos tanto en España como en Estados Unidos (vivo allí) por una lesión en la pierna que me cambió totalmente la vida. Además de que la pierna me dolía cada minuto del día, cual Dr. House, perdí todo el tono muscular y el consiguiente desgaste físico de ir por la vida casi sin apoyar la pierna izquierda. El último fisio al que acudí en Santa Bárbara, California, y uno de los más prestigiosos de allí, fue con el que más alivio experimenté, pero después de 6 meses de fisioterapia semanal, me quedé estancada en lo mismo: si iba al fisio, me aliviaba el dolor, pero a las dos semanas de no ir, volvían los dolores incluso haciendo las rutinas de estiramientos y ejercicios que me pautaron. Obviamente, no podía permitirme vivir a base de volver a fisioterapia cada semana de mi vida para tener un mínimo de calidad de vida. El verano pasado, por temas de Covid, regresé a casa y lo primero